La IA no viene a sustituir—viene a escalarte.

“La mente no termina en el cráneo.
Se expande en herramientas, notas, rutinas…
y ahora, modelos de lenguaje.”
Andy Clark (traducido sin permiso, porque pensar es libre)

Otro informe, otro titular catastrofista (o no, el tiempo lo dirá…)
Esta vez lleva sello MIT: midieron cómo reacciona el cerebro al escribir con y sin IA. Resultado: quienes escriben con IA sin criterio recuerdan menos y sienten menos “propio” lo que producen. (Conclusión en la pagina 142:
)

Y Aquí algunas de las voces que han aparecido en linkedin:

“¡ChatGPT te atonta!”
“¡El fin del pensamiento crítico!”
“¡Nos convertimos en zombis funcionales!”

Bueno, como cada mañana hago, os lo recomiendo ahora: Respirad. Los datos existen y alguien los prepara, cómo reaccionamos antes ellos está en nuestro control pues el pánico es opcional.

Qué dice el estudio (cuando lo lees sin histeria)

Cincuenta y cuatro estudiantes redactaron ensayos tipo SAT, conectados a gorros EEG. Tres grupos: uno sin ayuda, otro usando Google, otro usando IA generativa. Quienes confiaron ciegamente en la IA recordaron menos y reportaron menos sentido de propiedad sobre su texto. Pero quienes primero escribieron solos y luego pulieron con IA obtuvieron mejores resultados: más claridad, mejor retención, más velocidad.

Mi conclusión:
No es la IA lo que aplana.
Es tu forma de usarla.

La mente nunca fue sólo cerebro

Andy Clark lo llamó “la mente extendida” así como la filosofía de la mente también lo comenta. Pensar no es solo sinapsis; es bolígrafo, post-its, notas en el móvil, búsquedas en Google. La IA es solo la iteración más potente de esa cadena. No sustituye tu juicio. Lo amplifica. Pero sólo si mandas tú.

Usarla mal te aplana. Usarla bien te expande.

Aquí está la diferencia (y a mi modo de ver es donde reside la clave):

Aceptar la respuesta sin editar ni cuestionar (a veces incluso sin leerla al completo, verdad?): pasividad, pérdida de control, memoria floja.
Usar la IA para contrastar, forzar contradicciones, refinar ideas: potencia, velocidad, agilidad.

El propio estudio del MIT lo prueba: el orden importa más que la herramienta. Piensa primero. Amplifica después.

Mientras tanto, en el mundo real

Mientras algunos (suelen ser algunas que gritan más) gritan “apocalipsis cognitivo”, el Pentágono firmó su primer contrato con OpenAI: hasta 200 millones de dólares para IA aplicada a ciberdefensa y salud pública (aquí posiblemente tendremos carne para quienes quieran darle caña a este tipo de anuncio AI-Armas). Condición clave: la IA no tomará decisiones de forma autónoma. Su rol: músculo cognitivo extra, no cerebro autónomo.

Lo que deberíamos estar enseñando (y no enseñamos quizás cómo o cuánto deberíamos a nuestros hijos)

Seguimos llenando la cabeza de nuestros hijos con fechas muertas y listas memorizables, cuando la IA hace eso mejor y más rápido. La pregunta real: ¿los formamos como consumidores pasivos o como pensadores aumentados? Para mí ésta es la pregunta que debe de incomodar a muchas, muchísimas universidades, que aunque actúen como fundaciones, necesitan generar personas en un formato casi padronizado y que pasen entre 4 y 5 años con ellos, generando economia, créditos, etc. Esto va a cambiar. Como digo arriba, el tiempo lo dirá.

Dicho esto, un plan de estudios para la era generativa debería verse así:

HabilidadPara qué sirveCómo se entrena
Saber preguntar bienLa calidad de la pregunta define la calidad de la respuestaIterar hasta que el output sea realmente útil
Lectura crítica de IAUn texto bien escrito puede estar equivocado Detectar sesgos, corregir errores, reconstruir
Propiedad intelectual conscienteSaber qué es tuyo y qué viene de la IAReflexionar: “¿Qué aporto yo aquí?”
Ética sin moralismoPoder sin criterio es caos viralAnalizar casos reales: deepfakes, privacidad, sesgos
Colaboración humano + IAEl futuro es biónico, no individualRotar roles: quien investiga, quien genera, quien valida

Esto no va de salvar la inteligencia humana.
Va de escalarla.

No se trata de claudicar ni de rendirse. Se trata de jugar con mejores cartas. Combina intuición humana, análisis asistido por IA y propósito claro, y diseña lo que antes era imposible: diagnósticos médicos en minutos, educación personalizada, estrategias con miles de variables analizadas en tiempo real. La IA no lo hace sola. La decisión final sigue siendo tuya.

La IA no piensa por ti.
Pero puede ayudarte a pensar mejor.

Ese debería ser el verdadero titular. Para colegios, universidades, empresas y gobiernos. No que la IA sustituye, sino que amplía. No que hay que temerla, sino que hay que tenerla cerca, sentirla y entenderla. La abundancia no vendrá de elegir entre humanos o máquinas. Vendrá de diseñar con ambos, con intención y criterio.

No eres tu prompt. Eres quien decide por qué lo escribes así.

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